Las revoluciones son el final de un proceso de las ideas, no el principio, y es siempre un proceso cultural nunca político. Cuando interviene la política —o mejor los políticos— no se produce una revolución sino un golpe de Estado y el proceso cultural se detiene para dar lugar a un programa político.
Guillermo Cabrera Infante retrata en Cuerpos divinos, el libro en el que estuvo trabajando casi toda su vida y que ahora finalmente ve la luz, los momentos previos e inmediatamente posteriores a la huida de Batista y la llegada de Castro al poder. Como él mismo afirmó, «quise escribir una novela y me salió una biografía novelada».