n 1938, por ejemplo, se prohibió a los judíos asistir a cines, conciertos, actos públicos y culturales de todo tipo. Se les restringió también la libertad de movimientos y de viajes, a partir de entonces ya no podrían utilizar transportes públicos ni comprar en tiendas arias. Un año más tarde, se denegaron los permisos de trabajo a dentistas, veterinarios y farmacéuticos. Los niños fueron expulsados de los colegios alemanes. A más leyes antisemitas, menos derechos y más prohibiciones; de este modo se multiplicaron los judíos encarcelados en campos de concentración y creció