Sevilla, 10 de abril de 1854. El joven policía Benito Carrasco corre por las calles en busca de respuestas al asesinato que ha tenido lugar durante la noche. Su única pista es un trozo de papel hallado en el bolsillo del cadáver, donde hay anotado un nombre y una dirección: monsieur Federico Rubio, Rue de don Pedro Nigno, 1. Unas señas que unirán a un médico de renombre y a un agente del Cuerpo de Vigilancia en una investigación que pondrá en peligro sus vidas, amenazará a toda una ciudad y sacudirá los cimientos de la nación. Tras un crimen en apariencia corriente se esconde una horrible verdad que ni la muerte ha sabido acallar. Benito sabe dónde indagar y a quien preguntar. Federico tiene métodos que pocos conocen. Juntos desafiarán los ideales de una España sumida en sombras. Porque existe un procedimiento para todo, ya se trate de cazar a un asesino o destapar arriesgadas conjuras.