Hoy vivimos rodeados de un entorno cultural ordenado, pero también poco emocionante, del cual han desaparecido las formas de vida artísticas, peligrosas e inquietantes: el pensamiento individual, la imaginación, la sinceridad, la intuición, la polémica, los gestos artísticos subversivos (realmente subversivos), la autenticidad, la robustez, la rebeldía, la aceptación del riesgo personal…