Cicerón escribió en el año 44 a.C., a petición de su amigo Ático, este tratado filosófico sobre la amistad, en el que se pregunta por las relaciones entre los seres humanos y el sentido de la vida. Cicerón trata sobre el papel de la amistad en las relaciones sociales y en la vida política, con numerosos ejemplos de la historia de Roma. Por boca de Lelio, Cicerón intenta separar la amistad del concepto de utilitas, con el que siempre había estado unido, y razona sobre su naturaleza y sobre las normas de comportamiento que deben regularla. Lo escribió pensando que el bien de la patria y la felicidad de los ciudadanos debían basarse sobre los principios de la amistad, que «no es otra cosa sino un común sentir en las cosas divinas y humanas, junto con una benevolencia llena de amor».