Gracias a las recientes investigaciones literarias, hoy tenemos acceso a los textos originales de Mansfield y podemos asegurar que no escribía diarios como nos hizo creer su marido, sino cuadernos en los que aparecen fragmentos de cuentos, borradores de cartas, recetas, listas de gastos, poemas, entradas de diario. La mayoría de estos textos inéditos en castellano aparecen por primera vez en Sopa de ciruela, traducidos directamente de las transcripciones de los más de cincuenta cuadernos que Mansfield dejó tras su muerte, a los que se suman una selección de cartas, textos encontrados en papeles sueltos, cuentos publicados en diversas revistas, apuntes de un viaje por el interior de Nueva Zelanda y algunas recetas de cocina.
Sopa de ciruela se inspira en la comida como refugio, en la escritura como alimento vital; y la cuidada selección de estos textos nos permite conocer una faceta oculta e impostergable de la obra de Katherine Mansfield.