George Orwell nos ofrece una novela distópica centrada en "Oceanía", una nación que se encuentra bajo un régimen totalitario en el que no existe la privacidad al estar sus habitantes bajo vigilancia permanente y la información siempre es manipulada con el fin de favorecer al gobierno para mantener la simpatía de los habitantes. Por supuesto, la represión política está al orden del día, sólo en caso de que sea necesario.
Todo esto lo conocemos a través de Winston, el protagonista cuyo trabajo es alterar la historia cuantas veces sea necesarias en favor del Partido y del Gran Hermano, ese ser omnipresente que todo vigila, a quien todo le deben y que la neta, ya tiene harto al pobre Winston.
El libro es interesante, plantea muy buenos puntos y sí invita a la reflexión, pero a mi me pareció un poco lento e incluso en algunas partes, pesado casi tirándole a aburrido, por lo que sugiero que si deciden darle la oportunidad (sí dénsela, oigan) le tengan poquita paciencia si en algún momento empieza a parecer tedioso.
Este libro asusta, te atrapa y nos prepara para una realidad que, en algunas regiones, ya se rige en lo similar; como es el caso de Corea del Norte donde se vive ya un totalitarismo puro.
Debemos ser reflexivos con tan increíble obra, porque tarde o temprano, podríamos caer en el absurdo del absoluto control de un totalitarismo inevitable.
"Libertad es poder decir que 2+2 = 4..." y vaya que podemos perderla en cualquier momento.
Muy bueno