Para saber cuál es el trabajo que «nos llama» en este mundo, primero debemos conocernos a nosotras mismas. La práctica del buen vivir nos invita a ser plenamente conscientes de nuestra realidad, de la labor que hacemos y cómo lo hacemos. Ahora que he elegido mi escritura plenamente, por primera vez en la vida, el acto mismo de escribir se vuelve más gozoso. Siento que todo mi ser recibe afirmación a través de la escritura.