En la misma línea de el niño alcalde, el aclamado monólogo de un exdirigente sindical que predicaba por las calles de Valparaíso un corrosivo monólogo contra las élites, ahora Marcelo Mellado le entrega la voz a una mujer de algo más de 60 años, comprometida con el cambio social y el activismo de base -que va desde la junta de vecinos hasta la tomatera en el bar, pasando por la clase de yoga comunal-, pero en un punto hastiada con el curso que han tomado los acontecimientos.
"¿Cómo habitamos la catástrofe que es Chile en este instante?", se pregunta ella desde su hogar en Placilla, de cara a construir una vida mínima, una vida orgánica, una eco-vida, en un punto escéptica respecto a la capacidad para reinventar lo popular y, a su vez, confiada en la fuerza de las jóvenes feministas. «Hay ciudades que tienen esa impronta de estar siempre en estado de catástrofe y nos tocó habitar una que tiene esa dinámica. A mi como jubilada ya no me da el cuero para vivirla y transitarla tal como es. Las cabras todavía se la pueden y tratan de llevarle el ritmo…"