El objeto de estudio de este volumen surgió de la inquietud por analizar la actividad política de los sonorenses, con referencia a los católicos de las grandes ciudades como el Distrito Federal y Guadalajara, ya que representaban los bastiones de los intelectuales y rebeldes católicos en la época de la Guerra Cristera; allá, el debate sobre la participación política de los católicos era constante. A pesar de reconocer que la Acción Católica no representaba la única posición de la Iglesia, en los lugares mencionados sí era la más homogénea y la dogmática. En Hermosillo no existía una tradición de laicos organizados, por lo que al crearse la Liga Diocesana el discurso manejado por ellos tuvo que ser el de la jerarquía y no el de los intelectuales católicos.