En mi opinión, pues, los sueños deben ser absueltos. Si a los deseos inconscientes debe reconocérseles realidad, no puedo decirlo. Naturalmente, a todos los pensamientos de transición e intermedios hay que negársela. Ante los deseos inconscientes llevados a su última y más verdadera expresión, debe sin duda decirse que la realidad psíquica es una forma especial de existencia que no debe confundirse con la realidad material[70].