Elvira, la abuela de Swiv, lleva toda la vida luchando. Criada en una estricta comunidad religiosa, tuvo que luchar contra aquellos que querían arrebatarle su independencia y sus ganas de salir adelante. Ahora, en la recta final de su vida, debe luchar contra el paso del tiempo, los achaques y las adversidades que afectan a su familia. Su hija, una actriz deslenguada y de temperamento voluble, afronta el tercer trimestre de su embarazo al tiempo que trata de lidiar con un pasado y un presente amargos. Swiv, su nieta, es una niña de nueve años con un mundo interior fascinante, pero que acaba de ser expulsada del colegio por meterse en peleas. En la escuela improvisada que montan en casa, Elvira se propone enseñarle a su nieta que existen distintas formas de pelear y que lo más importante es no dejar que se apague el fuego que arde en su interior.
Escrita como una carta de amor a las abuelas, No dejar que se apague el fuego es una novela llena de ternura, honestidad y buen humor. Con el talento al que nos tiene acostumbrados, Miriam Toews consigue inocularnos su particular visión de la vida y las desdichas, y hace que nos enamoremos de tres mujeres valientes, tres luchadoras incansables pertenecientes a tres generaciones distintas. En esta historia confluyen lo trágico y lo cómico, la lucha y los cuidados, las vacaciones y los partidos de béisbol, los traumas y los afectos; en definitiva, todos los elementos que componen la vida de una familia común, que sin embargo no renuncia a su magnífica singularidad.