En «No duermas, hay serpientes» conocemos a los pirahã, una tribu del Amazonas cuya lengua no posee recursividad, el concepto de número ni palabras para los colores (ni siquiera en préstamos del portugués). Tampoco tienen mitos de la creación. Esto no quiere decir que su lengua y su cultura no sea rica, al contrario, tenemos mucho que aprender de ellos, las personas más felices del mundo gracias (en parte) al principio lingüístico y cultural de la inmediatez.