—Cuando amas a alguien, se convierte en una parte de ti. Está en todo lo que haces. Está en el aire que respiras, en el agua que bebes; su voz permanece en tus oídos y sus ideas en tu cabeza. Conoces sus sueños porque sus pesadillas se te clavan en el corazón, y sus sueños buenos son también los tuyos. Y no crees que es perfecto, sino que conoces sus defectos, la auténtica verdad de sus defectos y las sombras de todos sus secretos, y eso no te hace alejarte; de hecho, lo amas más por eso, porque no quieres que sea perfecto.