Masao y Tamiko comparten un tierno e inocente amor que los une de una forma muy especial. Su única falta es la diferencia de edad que los separa, circunstancia que será determinante para que la familia de Masao no vea con buenos ojos la relación que sin remedio va gestándose entre ellos. La mutua complicidad y el cariño incondicional que se profesan no serán suficientes ante la presión familiar, que sellará los destinos de su juventud y de sus vidas de manera trágica.