Es un libro lleno de vocabulario enriquecedor, el autor tiene esa carga poética que dislumbra conforme narra la historia.
Es exquisito el vocabulario entrelazado en esta narrativa. Entretenido, digerible y con un inaudito toque de picardía yuxtapuesto a lo temible e indescifrable.
Daniel Sada utiliza un lenguaje a modo de emulación del mismo título de su obra, creando así un estilo muy propio donde algunas ciudades del norte mexicano, se convierten en una suerte de lugar realista-mágico. La narrativa es ágil, directa y sin preámbulos. A lo largo de sus líneas se va develando el poder del narcotráfico dentro de un pueblo hipotético (o quizá no), en el que habita una familia que terminará siendo protagonista de la crueldad que versa en aquel lugar, y sin querer, terminarán hermanados al capo Flavio Benavides.