Pregúntale a tu madre o a tu padre cómo se conocieron. Tal vez te cuenten una historia emocionante. Pregúntales a los dos, porque a lo mejor no cuentan exactamente lo mismo.
Y no debes asombrarte si de pronto se muestran tímidos y avergonzados. Creo que es normal. Estos cuentos de los que hablamos nunca son idénticos, pero he empezado a entender que tienen ciertas reglas más o menos delicadas de las que puede resultar difícil hablar. Tal vez debas procurar no acercarte demasiado a ellas. No son siempre fáciles de explicar, y hay algo que se llama «tacto».
¡Cuanto más detallada es una de estas historias, me parece que resulta más emocionante, porque si el final hubiese variado ligeramente, tú no habrías nacido