Déjame juntar botellas azules y naranjas,
sítiame
en cada línea de tinta horizontal,
en cada tapa del ser,
de los muros y el muro, ese muro
que veo en las calles que barro y que cubro de sueños,
y los sueños
que son mi contorno y cerrojo,
mi pregunta pintada en la llama de cada etiqueta,
en el crujir de cada crayola en mi lengua