Una educación

Una educación es un libro que te inspira a seguir luchando por lo que eres, no importa cuántas veces te digan que no es correcto.
El relatos es universal, y creo que en algún momento de la historia todos podemos sentirnos indetificados con Tara.

Uno de los mejores libros que he leido en el año.

Amo este libro. Se convirtió en mi libro favorito.

Sin duda una historia que te engancha desde el inicio hasta el final.

Me encantó este libro y la forma en que está escrito. Me parece muy acertada la forma en que analiza y describe el conflicto que genera en ella traicionar el sistema de creencias de su familia y el mensaje que brinda sobre todas las posibilidades que abre la educación formal.

Te adentra a lo que fue su educación desde pequeña, que entre menos sepas es más fácil en creer la palabra de alguien más, no pones en duda ni en tela de juicio sus ideas, veremos como cambia todo esto y apartir de la educación como es el parte aguas inclusive de una familia.

"Puedes llamarlo transformación, metamorfosis, falsedad, traición. Yo lo llamó educación."

No cabe duda que la educación es la palanca que mueve ese mundo. Me intriga la relación de uno con ella. Memoria demoledora. Fanatismo. Apego. Es increíble cómo la educación va ayudando a superar cosas. Un proceso duro, pues muchas veces hace bajar del pedestal a santos y a demonios. Recomendado por N, ahora entiendo más si entusiasmo cuando me lo contó. Altamente recomendable. Es también nuestra historia.

Simplemente perfecto.
Entretenido, sorprendente y cautivador. Una historia de lucha y encuentro personal

Citaré a Paulo Frier, ilustre pedagogo brasileño:
“El educando es el objeto de manipulación de los educadores que responden, a su vez, a las estructuras de dominación de la sociedad actual. Educar, entonces, es todo lo contrario a "hacer pensar", y mucho más aún es la negación de todas las posibilidades transformadoras del individuo vueltas hacia el ambiente natural y social en el cual le tocará vivir. Se convertirá, sin quererlo, por efecto de esta situación aliéname, en un miembro más del statu quo.”

La verdad es que esperaba más reflexiones sobre cómo la educación cambió su visión del mundo, quizá con una mirada objetiva.
Sólo leí recuerdos (vaya, una autobiografía) de alguien que la pasó difícil y que logró estar en Cambridge y Harvard, y a la cual esa “educación ilustre” la cambió. Pero sólo cambió de cadenas. Hasta la última página no dejas de ver el peso que juega sus padres y su familia, me causa compasión leer tanto daño pero llega un punto en que la narración sólo va de intercalando entre un logro académico y el mito de Sísifo que es regresar a Idaho a ver a su familia. Nunca se cuestiona si es lo correcto, de verdad que nunca, siempre una obsesión en volver ahí y cansa leerlo y leerlo una y otra vez.
Incluso una de las conclusiones es que la familia está dividida entre los tres que tienen doctorado porque salieron del rancho, y los que no y están bajo el yugo de un fanático; pero así en dos o tres líneas. Hasta el último capítulo dice que la educación cambió su vida pero no entiendo cómo, la salvo de su terruño, sí, pero sigue cargando con un peso que nos comparte en lamentos y angustias.
Como sea, no quiero ser severo y falto de empatía, pero pero no quería venir aquí a leer una historia triste.
“Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros.” (Sartre).