Juntos, esos hombres me enseñaron a estar enamorada, a ser una enamorada, a desear el estado amoroso. Sin embargo, fueron mis hijos quienes me enseñaron el verbo «amar», quienes lo definieron. Si yo hubiese sabido qué era amar, no habría tenido hijos, pues, una vez que se ama, se ama para siempre,