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En lo que a mí respecta, así es hasta la posibilidad de este libro, hasta ese instante en que mis palabras resbalan por la curva de vuestros labios, hasta esas páginas blancas que soportan mi trazo o, más bien, el trazo de quienes caminaron delante de mí, por mí. He avanzado en la huella dejada por sus pasos como en un ensueño donde el perfume de una peonía abierta no es ya un olor, sino un florecimiento; donde el rojo profundo de una hoja de arce en otoño no es ya un color, sino una gracia; donde un país no es ya un lugar, sino un arrullo

La maternidad, la mía, me atormenta con un amor que vandaliza, agota y sofoca mi corazón, que casi se me sale del pecho

La maternidad, la mía, me atormenta con un amor que vandaliza, agota y sofoca mi corazón, que casi se me sale del pecho

amar por gusto (thích), amar sin estar enamorado (thu’o’ng), amar amorosamente (yêu), amar con embriaguez (mê), amar ciegamente (mù quáng), amar por gratitud (tình nghĩa). Es, pues, imposible amar a secas, amar sin la propia cabeza.

tal vez el gesto de amar no sea universal: debe traducirse también de una lengua a otra, debe aprenderse

Había olvidado que el amor viene de la cabeza y no del corazón. De todo el cuerpo, lo único que importa es la cabeza.

Los antepasados –aunque hubieran sido jugadores, inútiles o violentos– se volvían todos respetables e intocables una vez muertos,

regalo era realmente un regalo porque procedía, ante todo, de un sacrificio y era la respuesta a una necesidad, a un deseo o a un sueño.

Mi madre lamenta hoy no haberme educado como a una princesa, porque no es mi reina

Mi madre creía que mis músculos se fortalecerían a fuerza de cuestionarme. Con el paso del tiempo, consiguió convertirme en una mujer, pero nunca en una princesa.