Cibeles es la génesis por excelencia, el estado primigenio de todo cuanto nos rodea, de ahí su nombre, la Magna Mater.
Al simbolizar la unidad y la totalidad Universal, Cibeles puede ser infinitamente benigna, o infinitamente maligna, así que… para controlar su inenarrable e inescrutable naturaleza, abandonó su estado etéreo para convertirse en un ópalo que mantenía el equilibrio entre las dos fuerzas más antiguas, el Mal, Asdrûl, y el Bien, Böküröck. No obstante, un agente externo que mantenía relaciones estrechas con la Magia Incolora, con malas intenciones la infectó con odio y oscuridad, rompiendo así, la neutralidad entre estas dos energías que están más allá de la comprensión humana y que, simplemente, no pueden desaparecer…