Feminismos

Aspiro, señores, a que reconozcáis que la mujer tiene destino propio; que sus primeros deberes naturales son para consigo misma, no relativos y dependientes de la entidad moral de la familia que en su día podía constituir o no constituir; que su felicidad y dignidad perso

corrientes concibieron la opresión de las mujeres como exterior a las mujeres mismas. Para acabar con ella, solo se hacía necesario modificar las relaciones mujer-hombre, producción-reproducción, públicas y privadas, las instituciones y algunas normas

corrientes concibieron la opresión de las mujeres como exterior a las mujeres mismas. Para acabar con ella, solo se hacía necesario modificar las relaciones mujer-hombre, producción-reproducción, públicas y privadas, las instituciones y algunas normas

materiales. La poesía depende de la libertad intelectual. Y las mujeres siempre han sido pobres, no solo durante doscientos años, sino desde el principio de los tiempos

transformó el lesbianismo: de una práctica sexual vilipendiada a una idea y una práctica política que ponía en entredicho la supremacía masculina y la institución básica de la heterosexualidad

sexual. En el dormitorio muchos quieren una mujer con deseo sexual, con ganas de dar y compartir placer, pero en el fondo no renuncian al supuesto sexista de que su actividad sexual (es decir, su deseo de tener relaciones) debe responder de forma automática a la de ellos

sexualidad. Debemos descartar los conceptos “normales” de sexo y crear nuevas pautas que tengan en cuenta el goce sexual mutuo. Aun cuando la idea del goce sexual mutuo es liberalmente aplaudida en los

prostíbulo es una metáfora perfecta para explicar las relaciones de poder sobre las que se articula el dominio patriarcal. En tercer lugar, la prostitución convierte a las mujeres exclusivamente en seres sexuales. Esta institución promueve hasta extremos inauditos la sexualización de las mujeres

de medios para que los varones puedan respaldar los términos de su contrato sexual. El contrato de matrimonio es aún fundamental para el derecho patriarcal, pero el matrimonio es solo uno de los modos socialmente aceptados por los que los varones

La ideología patriarcal, tan perseverante con la construcción de la esencia femenina en torno a la indisoluble tríada de “amor-sexualidad-reproducción”, no parece encontrar objeción alguna en que