Pocos días antes de morir en un accidente, Guillermo le confiesa a su amigo Eusebio que mantiene relaciones sexuales sadomasoquistas con una misteriosa mujer. Al cabo del tiempo, y por azar, Eusebio decide buscar a esa mujer para contarle que Guillermo ha muerto y que por lo tanto nunca volverá a llamarla. Y cuando la encuentra se queda hechizado por ella. No se atreve a decirle nada para no tener que desvelar los secretos que conoce, para no ahuyentarla. Poco a poco se van enamorando. Eusebio espera que ella le pegue, le humille y le maltrate sexualmente como hacía con Guillermo, pero Julia sólo le da caricias y ternura. Ése es el principio de la terrible duda que se abre paso en los pensamientos de Eusebio: ¿una y otra son la misma mujer? ¿La que azotaba con un látigo a Guillermo y la que se abraza a él sosegadamente son la misma persona?
La mujer de sombra es la historia de una obsesión y de un camino hacia el infierno. Es una novela sobre el secreto, sobre la culpa y sobre la identidad. En ella, Luisgé Martín vuelve a indagar en los laberintos más oscuros del alma humana y a pintar esos dilemas existenciales en los que tanta importancia tienen las pasiones sexuales heterodoxas, que están siempre en la frontera de toda moralidad y toda ley.
«Luisgé Martín desciende (y nos conduce) una vez más a los abismos del amor y del sexo (y de la congoja y la humillación, y de la ternura y la perversión) en La mujer de sombra, una narración hipnótica y desasosegante, que me trae a la memoria algunas de Tanizaki» (Manuel Rodríguez Rivero, Babelia, El País).
«He leído La mujer de sombra de un tirón, porque interrumpir la lectura cuesta tanto como no mirar el coche estrellado en el arcén… No puedes evitarlo, tu mirada busca el cuerpo de la víctima. Es el morbo, sí, se trata de una novela muy morbosa… Degradación, envilecimiento y transgresión son el tobogán por el que nos desliza Luisgé Martín» (Rafael Reig, ABC).
«Acreditada escritura, siempre pulcra y precisa, rotunda eficacia… Siempre que haya ocasión de proclamar la presencia de un buen escritor, como en este caso, conviene subrayarlo, aunque sólo sea porque no tenemos muchos» (Ricardo Senabre, El Mundo).
«Un relato que se sumerge en los dominios del Mal, así, en mayúsculas… Una novela que encuentra en la maestría formal, en la adjetivación certera, en el uso elocuente de la elipsis, todo ello unido al acomodo a estrategias detectivescas inusuales, un modo inesperado de afrontar paseos por el filo del abismo» (Enrique Turpin, La Vanguardia).
«El protagonista de la novela es una víctima de su propia conciencia al pretender romper las barreras morales impuestas por la sociedad acercándose a las perversiones de las siete plagas sexuales, incluyendo algunas que, no por conocidas, dejan de ser menos sorprendentes… El resultado de todo ello, ofrecido con una prosa impecable y visceral, es inquietante» (José A. Muñoz, Qué Leer).
«Luisgé Martín es la sorpresa más feliz con la que me he topado últimamente… Esta novela supone otra vez el ejercicio de escritura de un maestro de la lengua castellana, de un verdadero grande de las letras de nuestro idioma y que espero, porque alguna vez podría abrirse el cielo de la justicia literaria, pueda ser reconocido como tal… La trama es atractiva, nos arrebata, nos envuelve. Aunque lo que verdaderamente es mágico, esencial, una seda recorriéndonos la piel de la mente, es la pluma prodigiosa de Luisgé Martín: un imprescindible de la literatura de nuestro tiempo» (Guillermo Roz, Periodista Digital).
«Si quieres acercarte a la parte más oscura de cada uno, a la búsqueda más allá de los límites establecidos, de los propios, de lo soportable a veces, éste es el libro: sorprendente, hipnótico, trasgresor: una profunda historia de amor… Creo que Luisgé Martín es uno de los grandes de nuestro país, uno de esos escritores que aporta algo más, profundo, que siempre va un poco más allá en el planteamiento, en la búsqueda. Ha cambiado de editorial y de registro… Es una novela para hablarla en pareja, para discutirla, para escandalizar a algunos, para sincerarse otros, para releer, y estoy seguro de que perdurará» (Antonio Martínez Asensio, blog Tiempo de silencio, Antena3).
«Luisgé Martín descubre al monstruo que todos llevamos dentro en su último libro… Afirma que la literatura es un arma para hacer daño, y su objetivo es escribir novelas que puedan perturbar o herir al lector para hacerlo reaccionar ante una sociedad en la que es cada vez más fácil escandalizar a la gente con cualquier tontería» (Viky Navarro, Europa Press).
«Luisgé Martín ha escrito una de esas novelas desasosegadoras, intensas, brutales, decisivas. Una de esas, ya saben, que hacen que tiemble el suelo mientras las lees, y que una vez terminadas, consiguen que el suelo siga temblando, como si estuviera a punto de quebrarse para entregarnos a nosotros también al abismo que la protagonizaba» (Juan Bonilla, El Mundo).
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