Bo Pilgrim no tenía un diploma universitario, pero lo que si tenía era una dosis inmensa de valor tejano y un llamado celestial que lo llevó a iniciar sus negocios después de la Segunda Guerra Mundial. Reggie Wallace, quien trabajó con Pilgrim por cincuenta años, lo describe de esta forma: «Lo único que teníamos al principio era una carretilla de dos ruedas, una pala, unos costales de lona y las grandiosas ideas de Bo». Actualmente, Pilgrim's Pride es una empresa multimillonaria que emplea a más de cuarenta mil empleados y procesa treinta millones de pollos a la semana. En El progreso de un Pilgrim, Pilgrim comparte los valores esenciales que aprendió cuando era niño y que son la base del éxito de su negocio.