''Frente a la estrategia de seguridad implementada en Tijuana a partir de 2007 con la llamada ''''Guerra contra las drogas'''', emergió una lucha solitaria y dolorosa de cientos de personas, familiares de personas desaparecidas en ese contexto. Este libro aborda su experiencia de duelo como proceso socio-político, a partir de un trabajo de campo etnográfico realizado por la autora entre 2009 y 2012.
Desde los plantones y las marchas en las calles de una ciudad indiferente hasta la búsqueda de restos humanos en los predios de El Pozolero, la investigadora da cuenta de las estrategias desplegadas por los familiares de personas desaparecidas para ser reconocidos en su condición de agravio y para impulsar las indagaciones acerca de sus seres amados; al mismo tiempo, devela la reacción de un gobierno que se caracteriza por la impunidad y la simulación al atender el problema.''