Significa que aunque en el mundo creado la consciencia, la mente y el cerebro se encuentran misteriosamente relacionados, también es posible ser consciente sin tener cuerpo. Es posible tener una mente sin tener cuerpo. Antes de que existiera nada físico, Dios ya existía. Y, como dijo Jesús, Dios es espíritu (Jn. 4:24).