Más que la historia, me gustó la manera de escribir el libro. Los cambios de persona de una frase a la otra. Los párrafos largos con una avalancha de reflexiones, como pensar.
El personaje de la madre me encantó. Tan metida en su locura. Tan desesperante dentro de su desesperación cuando su "retoño" no llega a casa a la hora esperada.
Elfriede Jelinek, austriaca, fue premio Nobel de Literatura en 2004. Feminista, novelista, ensayista, dramaturga y no sé cuántas cosas más...
La profesora de piano es todo y nada a la vez. Una representación de la autorepresión. Una persona aislada en un pequeño mundo que ella misma ayudó a construir. Estoy segura de que un(a) psicólogo(a) disfrutaría mucho de esta novela, en dónde encontrará varias patologías cuyos nombres ignoro y que forman un personaje a veces vil, a veces antipático, a veces pervertido, y del que muchas veces te compadeces.
El libro llega a ser una crítica mordaz de la sociedad y el status quo. De las proyecciones de los padres hacia los hijos. Del patriarcado.
Lo volveré a leer pero en español la próxima vez, a ver qué tal me va.