«El autor describe a esta juventud perdida tan abundante en nuestros días. No nos queda más remedio que admitir su radical novedad.» Yasushi Inoue
Violentas y sensuales, las historias de La estación del sol componen un retrato de los adolescentes japoneses en los años cincuenta inmortalizados en su afán de rebelión inconsciente contra los códigos morales del antiguo Japón.
Es una juventud que no busca una moralidad moderna y real que reemplace a la antigua, sino una antimoralidad hecha de sexo indiscriminado, brutalidad y placeres momentáneos; es la generación conocida como la Tribu del Sol.
Elogiada por Yukio Mishima, la obra se alzó en 1955 con el Premio Akutagawa, el galardón literario más prestigioso de Japón. El libro se convirtió en un best-seller, al que siguieron dos adaptaciones a la gran pantalla que consagraron a sus protagonistas como ídolos adolescentes.
La obra de Ishihara, surgida de las cenizas de la guerra, es una radiografía del boom posbélico que da cuenta de la inevitable caída de los valores tradicionales y del auge del materialismo en un mundo cada vez más acelerado.