Tres, dos, uno… ¡Ya! Dilo, suéltalo todo, confía en ti. No temas que la gente te juzgue duramente. En el fondo, ¿qué te importa esa gente? No te preocupes si más adelante te señalan con el dedo, no dejes de hablar, sin detenerte, cuéntales cómo fue. Pueeees, verán, no es que me haga mucha gracia contarlo, no se me dan bien estas cosas