infeliz la horrible maldición. Siempre en el aniversario de su ignorado delito, oyó el asesino un grito, aquel grito vengador. Y al descender a la tumba lo último que oyó el malvado, fue la voz de me has matado, que te maldiga el Señor.
Talia Garzaцитирует3 года назад
n el que se halló nuestro autor desde su nacimiento, el espacio de la cultura letrada, de la escritura pública.