La obra se sitúa en las primeras polémicas entre dos campos de la socialdemocracia europea de principios del siglo xx: revisionismo versus marxismo.
Luxemburg desgrana, paso a paso, cada uno de los postulados del revisionismo de Bernstein, quien defiende la vía del reformismo como única vía para alcanzar el socialismo, desechando para este fin cualquier estrategia revolucionaria o perspectiva de toma del poder político por parte de la clase trabajadora.