Este libro formaba parte de un extenso ciclo sobre los cuatro elementos cuya intención era examinar los obstáculos que se oponen al conocimiento objetivo. Sin embargo, el rico imaginario del agua obligó al autor a dar un viraje que lo llevó del psicoanálisis de las imágenes elementales a una fenomenología de la imaginación poética. En estas páginas publicadas por el FCE en 1978, el filósofo nos deja uno de sus libros más personales e inclasificables, un exigente ensayo de estética literaria que se ha transformado en una deslumbrante lección de escritura y poesía que ahora se incluye en nuestra colección Conmemorativa.