Adorno, que desde 1922 desarrolló una actividad sumamente fructífera como teórico y crítico musical, no publicó su primer trabajo propiamente filosófico -el libro sobre Kierkegaard— hasta 1933.
Los escritos recogidos en este tomo documentan por primera vez la prehistoria de la filosofía de Adorno. Si permanecieron inéditos en vida del autor no fue por casualidad, porque no tuviera ocasión de publicarlos, sino porque dejaron de satisfacerle muy poco tiempo después de su redacción.
El hecho de que aparezcan en las Obras completas se justifica, sin embargo, no sólo por el interés histórico que despierta el origen y la evolución del pensamiento de Adorno, sino también porque ésta era su voluntad.