Entre México y Buenos Aires, en una lucha violenta entre la lealtad y la traición, los destinos de los personajes se entrecruzan, todos ellos sicarios y narcotraficantes, formando una trama más amplia, que hace de los relatos de No hay risas en el cielo una novela. El mundo del narcotráfico, narrado desde la ficción con duros golpes de realismo, revela un sinnúmero de experiencias violentas en las que las consecuencias últimas de nuestros actos y la búsqueda de la identidad cobran resonancias inesperadas. En última instancia, la narrativa de Urquiza revela la dificultad de seguir adelante en un mundo en que una vez que entrás, resulta imposible salir.