A diario, las noticias en radios, diarios y televisión, nos acercan los males que aquejan al mundo. Guerras, violencia, catástrofes que el hombre genera y que afectan en mayor o menor medida a la humanidad. Aunque veamos que en algunos aspectos la sociedad mejora, siempre aparecen hechos que muestran que los hombres en general están afectados y dominados por una violencia interminable, por una avaricia que no se satisface jamás y que solo provoca destrucción. Es así que, como lo dice Eckhart Tolle en su obra, «una porción significativa de la población de la Tierra pronto reconocerá, si no lo ha hecho ya, que la humanidad ahora se enfrenta con una opción dura: evolucionar o morir». Entonces, ¿cuál es el origen, la razón de ser de toda esta decadencia del mundo? Esa causa se haya en nuestra mente, es nuestra mente el lugar donde anidan las razones de los conflictos, de la miseria, de la infelicidad. Al estar demasiado atrapados en el pasado o en el futuro, pendientes de lo que fue o de lo que vendrá, nuestros egos dominan y nos alejan de la verdadera felicidad y plenitud que encierra cada momento del presente. Por tanto, si logramos vencer nuestro ego, despojarnos de su reinado, podremos contribuir a construir un mundo mejor.