Olga es burguesa, pelirroja y sensual hasta quitar el aliento. Él es un artista sin un centavo, rudo, práctico. Todo comienza con un choque automovilístico provocado por un doloroso cierre de bragueta, que desemboca en un matrimonio arrollador, desaforado, que desafía los prejuicios de la educación de Olga y se convierte en un «paraíso terrenal» en el que la locura es el destino final. Escrita a fines de los sesenta, Delicias turcas cuenta la historia de un amorío sorprendente, tempestuoso, sensual, escandalosamente explícito, una pasión de esas que sólo la muerte puede destruir. Pero también es una cruda y satírica mirada sobre el conflicto entre la potencia represora de la sociedad burguesa y los arrolladores embates de la revolución sexual. Delicias turcas ha sido traducida a más de diez idiomas y llevada a la pantalla grande por Paul Verhoeven en 1972.