Carolina tenía treinta y dos años cuando dio a luz a su segunda hija. Esta vez tenía claro que quería disfrutar más de la maternidad y lo tenía todo organizado para facilitarse una nueva llegada.
Pero la vida tenía otros planes para ella y para las expectativas que había puesto en su hija.
Un año después de su nacimiento, Irai es diagnosticada con una enfermedad minoritaria grave que pondrá patas arriba el mundo emocional de la familia y de las personas que se sienten cercanas. En medio de este «tsunami emocional», Carolina encuentra la forma de tomar aire enviando correos a corazón abierto a Lluna, su amiga y psicóloga. Lluna acoge y acompaña cada fase del camino abrazando los sentimientos y llenando de recursos la mochila de su amiga. Las dos aprenden a cada paso y transitan en medio de la tempestad.
El relato, totalmente verídico, explica el proceso de resiliencia en el que la escritura y la conversación son el hilo conductor para expresar la conmoción de la incertidumbre, el dolor y la pérdida, a la vez que el impulso de vida que transforma y serena.
La recopilación de las cartas intercambiadas entre Carolina y Lluna quiere ser una aportación a la vez que un bálsamo para aquellos que, de una forma u otra, viven un duelo ocasionado por la pérdida de la salud.