Que buen libro, no quiero decir que me identifique con situaciones del narrador, pero si me ayudaron a comprender como era yo en la pubertad, un libro que me ayudo a mirar a atrás y conocerme mejor.
Mientras vas leyendo este relato casi olvidas que fue escrito por un joven muchacho a los 24 años. La delicada forma de escribir atrapa tan fácilmente. Una obra maestra.
En sus confesiones nosotros mismos nos quitamos la máscara con la que actuamos en el día a día para sobrellevar las cosas.
De una manera sublime, Mishima nos hunde en su manera tan sensible de narrar la pesadumbre con la que vivió en el Tokio de los 30's y 40's.