porque una se ubica por fuera del resto de la humanidad a observarla. Que ser poeta es estar siempre sola de alguna manera, estar enamorada de la soledad. Pero hace falta que Jenny lo diga riéndose con esa levedad, “I am misanthropic”, para que yo me dé cuenta de que no es nada malo, incluso me doy cuenta de que mi novio, Claudio, el amor de mi vida, también es misántropo y yo siempre lo critico por eso. Quizás los misántropos tengan la razón y sean más sinceros que los que se dicen “no misántropos” como yo, que me pretendo sociable, fiestera, buena onda. Quizás toda mi voluntad de abrir espacios para invitar gente, organizar eventos de arte y poesía, etc., etc., no haya sido más que una forma de negar mi propia misantropía. Más allá de eso, fue un hermoso encuentro el de ayer a la tarde. Jenny dijo que le gustaría que un texto fuera como una caminata conversando con una amiga, donde las palabras se fueran escribiendo sobre una tela y luego quedara un cuadro, el poema, que reflejara los movimientos de esa charla