El monje filósofo Giodano Bruno es encerrado en una sucia celda a finales del siglo XVI. Mientras espera a que se cumpla la sentencia que lo condena a muerte le dan papel y pluma para que escriba su confesión en el plazo de un mes, no obstante aprovecha esta oportunidad para redactar un diario que es un brillante testimonio de la época que le tocó vivir y de su moderna relación con Dios y visión del hombre que lo condujeron a la hoguera.