«Lo más interesante que escribí durante aquellos días, escribiría Capote sobre su etapa de niño prodigio, «eran las observaciones cotidianas y sencillas que registraba en mi diario. Descripciones de un vecino..., cotilleo local. Una especie de “informe”, un modo de “ver” y “oír” que andando el tiempo me influiría en gran medida