Los cuentos que conforman este libro se destacan, ante todo, por el humor y por retratar, de entrada y de manera contundente, la vida del transeúnte, de lo cotidiano y de aquello que a veces no percatamos, pero que siempre está ahí. La mayoría de estos cuentos muestran de manera tangible las relaciones humanas. El interés por la vida, al mismo tiempo que la apatía, aparecen como un reflejo de lo que somos. Se identifica en estas narraciones la huella de quien ha vivido en un contexto, sobre todo urbano, que todo lo curte, y de quien quiere hallar un interlocutor para no sentirse solo. El barrio, la vecindad, el otro, el buscar en los cachivaches, en la memoria y en los recuerdos son los temas y los referentes humanos que el autor de este libro presenta por medio de un lenguaje coloquial, propio del desenfado y de la región en la que se ambientan los cuentos.