Nos da la sensación de que somos libres cuando elegimos qué vamos a hacer el fin de semana, cuando afirmamos que nos inclinamos por una tendencia política u otra, también al comprar y vender, al empezar en un nuevo trabajo o cuando dimitimos de uno que ya no nos gusta. La capacidad de decisión es el mejor vehículo de adaptación hacia lo represivo. Por eso, nada llega a desbordar; ese momento nunca llega. Los bordes nunca exceden. Entonces, ¿es necesario arruinarlo todo