Así pues, ¿de dónde procedía el famoso arrojo de Bly, esa cualidad que las chicas, incluso las de nuestra época posfeminista, luchan por conseguir y mantener? Las difíciles circunstancias de la infancia y adolescencia de Bly contribuyeron, sin duda, a su actitud independiente. La muerte de su padre, cuando tenía seis años, sumada al desastroso nuevo matrimonio de su madre con un borracho acosador, enseñó a Bly a no depender de los hombres para lograr la estabilidad económica. Además, se hizo adulta en una época en la que la Nueva Mujer luchaba contra las restricciones tradicionales de género en la educación, el trabajo e incluso el ámbito doméstico. Pero, más allá de esas explicaciones, esa fuerza femenina de la naturaleza conocida como Nellie Bly sigue estando envuelta en misterio. Parece tan hecha a sí misma como Jay Gatsby, ese otro gran enigma de la ficción estadounidense. Al igual que Gatsby, Bly salió de la nada, de una pequeña ciudad, para convertirse en la estrella de Nueva York. Sus