Una obra teatral en un acto sobre un joven aspirante a escritor, una joven actriz y dos personajes maduros empeñados en quebrar sus sueños.
Después de un prolongado silencio tras ser galardonado con el Premio Nobel, Patrick Modiano regresa a las librerías por partida doble con dos libros breves: la novela Recuerdos durmientes y esta obra de teatro, Nuestros comienzos en la vida, que no es la primera incursión en el género del escritor pero sí la más ambiciosa.
En esta pieza en un acto Modiano nos propone un juego de teatro dentro del teatro: en una sala vacía la joven Dominique ensaya su papel de Nina en La gaviota, de Chéjov, acompañada por su novio Jean, aspirante a escritor, que lleva su manuscrito en una cartera sujeta a la muñeca con una manilla. Ambos tienen veinte años y están en pleno aprendizaje de la vida.
Sobre ellos se ciernen dos figuras asfixiantes que han cumplido ya los cincuenta: la madre de Jean, Elvire, actriz venida a menos que en un teatro cercano ensaya un vodevil mediocre de título absurdo, Buen fin de semana, Gonzales, y su amante, y padrastro de Jean, Caveaux, periodista y escritor fracasado, un individuo insidioso empeñado en torpedear las aspiraciones literarias del joven.
Retrato del artista adolescente, puesta en escena de los fantasmas del pasado –incluidos los edípicos–, juego de espejos sobre personajes que interpretan a otros personajes, combate por afirmarse como persona y como creador…, todo esto y mucho más es esta sugerente obra teatral, en la que Modiano convoca a sus demonios y acaso a un álter ego de aquel aspirante a escritor que un día fue.