Ninguneados, los personajes de estos cuentos avanzan con lágrimas invisibles en las mejillas. Son: un guardameta imbatible con el rostro lleno de quemaduras, un borracho cuya única virtud es parecerse al comediante Pompín Iglesias, hombres que saben que la vida es una serie de erecciones desperdiciadas, las dos esposas del flatulento México Aguilera, el filósofo de los vertederos, un Cristo condenado a nunca llorar sangre, un niño que descubre la orillita del mundo entre las piernas de una mujer.
Perros sin nombre fue ganador del Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2012 por la impecable construcción de sus personajes e historias y, sobre todo, por la calidad de sus finales. El libro incorpora humor, sutileza y una visión multivalente de lo mexicano.