Según la psicología, la superstición es una actitud que equivale al deseo de poder y constituye una clave para intervenir en los hechos. En la práctica, es algo muy similar a la sensación de omnipotencia que caracteriza a los niños. Pero, ¿por qué un simple gesto, o un objeto sin referencia directa aparente nos permite creer que es posible alejar la mala suerte y vencer las influencias negativas? Además de los aspectos psicológicos, debe considerarse también el bagaje simbólico e histórico que justifica la idea de que un simple objeto puede «dar suerte».