«Encanto… inmediatez y pasión… Cerdeña y el mar se caracteriza por una descripción intensa de los paisajes, que parecen cuadros y películas por su atención a los detalles más delicados, al color y a la luz».
D.H. Lawrence y su esposa Frieda visitaron Cerdeña en enero de 1921. Aunque el viaje no duró más de nueve días, Lawrence escribió un relato fascinante sobre la vida en la isla que evoca no sólo el lugar, sus gentes y las costumbres locales, sino también el estado del propio autor.
Interesante por sus descripciones, el relato refleja los estados de euforia y tristeza por los que atraviesa Lawrence. Sus prejuicios y sus profecías políticas hacen de Cerdeña y el mar una pieza única y dinámica de la literatura de viajes.
Anthony Burgess, autor de la novela La naranja mecánica, considera esta obra como la más encantadora de todas las obras escritas por D.H. Lawrence.