Tras la misteriosa muerte de Miguel Ávila, el presidente de un importante canal de televisión, y el ascenso al poder de su hijo Walter. Violeta, una reportera más, ahora debe lidiar con el cambio de directiva, y no solo eso, si no, con la nada agradable novia de Walter, Katherine, quien intenta manchar el legado de la empresa poniendo programación basura como series de narcos y películas con escenas subidas de tono. Violeta será testigo de la degradación de Walter, al punto de parecer más un muñeco de su novia, que un humano.
Con el cambio de contenido en la programación, los niveles de audiencia decaen considerablemente. A pesar de ello, los ingresos de la empresa han aumentado, junto con el salario de cada uno de los trabajadores, incluido el de Violeta. Lo que lleva a Violeta a sospechar que Katherine usa la empresa como fachada para sus negocios sucios, por lo que decide investigar más a fondo a dicha mujer. Debido a un desagradable hallazgo, se dará cuenta que hay algo más que solo negocios sucios…